Foto: Reuters
Jugadores de Colombia celebran su paso a las semifinales en Nigeria.
El equipo helvético venció 2-1 a Italia y buscará un cupo a la final el jueves a las 10 a.m.
Colombia obtuvo su lugar en semifinal luego de empatar 1-1 contra Turquía en el tiempo reglamentario y se impuso 5-3 en los penaltis.
El equipo amarillo de nuevo apeló a su orgullo propio y a la lucha hasta el minuto final para llevarse un premio que en los 89 minutos anteriores no se habría pasado ni en la mente del más optimista.
Sin embargo, fue esa mentalidad positiva en la cancha la que le dio la vuelta a una historia, esa que están escribiendo con grandeza los muchachos de la Sub-17.
El equipo nacional le devolvió la alegría al país, luego de un inicio que generaba desesperanza.
El delantero Muhammet Demir anotó al minuto 19 el gol. El tanto del capitán turco llegó luego de un tiro libre, que cabeceó tras un fallo defensivo de Robles y del propio arquero Cristian Bonilla, que se resbaló.
Aparte de ese error, Bonilla fue la gran figura de Colombia, al evitar que se aumentara el marcador con sus salidas rápidas y atajadas.
Colombia no generó mayor peligro en el arco rival durante la primera etapa y sus jugadores no se asociaron para llegar a la portería defendida por Deniz Mehmet.
El equipo se equivocó al atacar a punta de pelotazos porque Castillo y Mendoza siempre perdieron en los balones aéreos y pelotas divididas, especialmente frente al gigante Sezer Ozmen, un joven de 17 años con una contextura similar a la del holandés Jaap Stam.
Por su parte, los dirigidos por Abdullah Ercan presionaron en terreno contrario e impidieron la salida clara de su rival, que no tuvo en el inicio a Gustavo Cuellar como el hombre clave de otros partidos.
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